lunes, 23 de noviembre de 2015

Ecoturismo


La observación de ballenas es un pasatiempo ancestral. El ecoturismo dedicado a observar ballenas ha facilitado el contacto cercano de los humanos con ellas y con los delfines, principalmente con fines educativos y de conocimiento de la biodiversidad.  Las actividades incluyen desde observaciones casuales de la migración, la alimentación y el cortejo hasta interacciones desde embarcaciones, avionetas o a nado en el agua.
La actividad de observar ballenas se inició en 1955 cuando el estadounidense Chuck Chamberland comenzó a llevar turistas en su bote a observar ballenas grises, cobrándoles un dólar. Pronto esta actividad se expandió rápidamente en estados unidos y más tarde hacia países vecinos como Canadá y México. El avistaje comercial de cetáceos se realiza actualmente en muchos países. En Centroamérica, esta actividad comenzó a principios de 1990 y las especies que más se observaron fueron el Delfín hocico de botella, el delfín común y varias especies de delfines manchados. 

Algunos estudios señalan que esta actividad se lleva a cabo sin la adecuada regulación y está causando alteraciones en los patrones de comportamiento de algunas especies. Se han realizado algunos estudios para evaluar el impacto que tiene la presencia de botes y otras embarcaciones, helicópteros, avionetas, etc y los resultados apuntan a consecuencias a corto plazo, como el aumento en la velocidad de nado en los cetáceos y huir de los lugares de alimentación, lo cual afecta su comportamiento de buceo. Los efectos a largo plazo no se conocen aun. Es necesario llevar a cabo estudios detallados sobre comportamiento, supervivencia, reproducción y movimientos, para determinar si el tránsito de las distintas embarcaciones tiene un impacto significativo en las poblaciones de cetáceos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario